Gentuza, gentuza y puta gentuza.

Ya se que esto no tiene nada que ver con el triatlón de elche del que estoy contando la crónica pero es que si no lo cuento y me desahogo un poco reviento, aunque el mal ratillo que estoy pasando no me lo quita dios y no me gustaría que fuera así pero soy como soy, para lo bueno y para lo malo.
Cuando venía esta tarde de comprar un grandísimo hijo de puta taxista (lo de la profesión no tiene nada que ver, hay grandisimos hijos de puta con distintas profesiones) bien cerquita de mi piso, se ha llevado por delante un perro que paseaba una niña pequeña atado de una correa uffffffffffffffffffff. El taxi ha pasado rápido, pero es que mas rápido se ha largado sin pararse ni siquiera a ver que ha pasado y ha sido imposible pillarlo. No se ha llevado a la niña por delante de milagro y el perrillo el pobre ha agonizado lo suyo hasta despedirse de este mundo. Ufffffffffff me gustaría abstraerme de estas cosas así pero es que no puedo, lo paso mal y muchas veces lo pienso si esta situación me pilla directamente a mi y engancho al hijo de puta del taxista, que yo no soy violento, pero es que tengo claro que si lo pillo el taxi no lo puede conducir una temporada y hoy no por mi , valiente hijo de puta, porque bien que te le has pisado al acelerador cuando ha pasado todo porque si te pillan la baja la tienes fija durante una temporada, valiente hijo de puta que no has tenido los cojones de pararte para ver si a la niña le había pasado algo, uffffffffffffffff y perdonar por como escribo y me expreso pero es que mas caliente no puedo estar y no puedo hacer nada para relajarme.

Todavía recuerdo otro caso igual que vi con una mujer mayor que le ocurrió mas o menos lo mismo y cuando pasaba lloraba desamparada mientras su perro agonizaba. Uffffff pues me acerqué a un centro veterinario que había exactamente justo a cincuenta metros para ver si se podía acercar a darle algo al perro para que no agonizara y el notas decía que no se podía ir cinco minutos y cerrar la clínica, por suerte pasó otro hombre que paró y subió a la mujer y al perro como pudo y los acercó a otra clínica para que hiciera lo que no hizo el otro por cinco minutos de su preciada vida. No me gusta ver estas cosas, supongo que a nadie, yo todavía recuerdo el nombre de ese perro y esa imagen de la mujer mayor llorando. Son cosas que me dejan echo polvo.
Y todo por la actitud de unos insensatos.

Quién tiene mascota (eso el que quiera llamarlo así) sabrá que muchas veces se les coge cariño de mas y se les trata porque lo son como a parte de la familia.

No quiero ni pensar lo que sería que le hubiese pasado algo a esa niña porque la correa media 40cm escasos, que poco le ha faltado y ponerme en la piel de esos padres que iban con ella, en fin, ufffffffffffffffffffff que manera de torcerme el día de esta manera.