Hoy vamos con la review de un libro que marcó mi infancia. Quien más quien menos tiene ese libro que leyó cuando era pequeño y del que tiene un grandísimo recuerdo y para mí es El pequeño vampiro. El primer libro al que luego le siguió toda una saga. Siempre recordaré como iba todas las semanas a la biblioteca con mi número 154 (tú que cosas que me acuerdo de esto y luego de lo que me dice mi mujer algunas veces nada de nada jajajajja menos mal que yo creo que ya ni me lee jajajja) y sacaba entre otros esta saga, así hasta leerme todos los que llegaban a la biblioteca.
Mi pequeño vampiro es un personaje de literatura infantil creado en 1979 por la autora alemana Angela Sommer-Bodenburg. El primer libro lleva este mismo título y dio nombre a la saga.
En este primer titulo la sinopsis sería esta:
La obra trata de la amistad entre el niño Anton y el vampiro Rüdiger von Schlotterstein. Anton vive inquietantes aventuras entre los vampiros, acompañado por Rüdiger, que suele visitarle apareciendo inesperadamente en el alféizar de su ventana. Una de las dificultades a las que se enfrentan es la de tratar de que los padres de Anton lleguen a enterarse de que Rüdiger es un vampiro.
La saga fue lanzada por la editorial alfaguara, típica entre los libros por su color naranja. El primer titulo en este caso data de 1979. No sé como un día fuí a traerme el libro de mi casa para Almería para volver a releérmelo y desapareció, algún día aparecerá, por lo menos eso espero.
En vista de que no asoma decidí ir a la librería y volver a comprarlo, recibiendo la triste noticia de que todos los libros de esta saga están descatalogados salvo dos, normal con la de pila de años que hace que salieron jajajaja, se pueden conseguir el primer título y el último pero en este caso de la editorial Loqueleo que los ha vuelto a editar en 2016.
Para mí no son lo mismo porque les falta ese color naranja típico de alfaguara que ha cerrado pero por lo menos si queréis leer vosotros o vuestros hijos sobre el pequeño vampiro podéis hacerlo.
A destacar también, aunque imagino que eso tendrá también un componente afectivo por la añoranza de esos libros y esa etapa de mi vida, las ilustraciones de Amelia Glienke, puffffffff me flipan esos dibujos salidos de unas líneas supersencillas.
En fin, que por desgracia no podemos volver a ser niños pero con estos pequeños retazos del pasado podemos evocar por un ratito esa epoca; no dejéis de disfrutar de estos libros porque merecen la pena.
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